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Bailar para no perderse

Bailar para no perderse

En días como los de hoy, es recurrente escuchar una frase: “bailemos, bailemos, de lo contrario, estamos perdidos”. La pronunció una de las grandes bailarinas contemporáneas del siglo XX, Pina Bausch. 

Para quienes no la conozcan, Pina fue una coreógrafa alemana a la que se considera una de las fundadoras de la danza teatro. Narraba la vida desde el escenario a través de coreografías que dotaron a la danza contemporánea como “comunicativa con su tiempo”, como dijo en una ocasión el crítico Roger Salas.

Cravos. Pina Bausch. Foto de Clau Damaso

La danza de lo real

 “La representación de imágenes extraídas de la cotidianidad, y reconvertidas en cuadros” acompañaron a la coreógrafa a lo largo de su carrera y nos legaron un sinfín de escenas cotidianas convertidas en pequeñas obras de arte en movimiento. La danza de lo real, nos atreveríamos a decir, tomando el concepto que en su día inauguraron Jean Rouch o Jean-Luc Godard o Robert Flaherty, proponía que los bailarines, además de bailar, interactuaran o interpretaran un papel. Y se convirtió en una «profunda reverencia a la belleza que Bausch entregó al mundo”, como definiría Wim Wenders en la película documental que dedicó a la coreógrafa.

El Día Internacional de la Danza

Decíamos al comienzo que hoy es un día de buscar frases relacionadas con bailar. Y es que el día 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Danza. Esta fecha se conmemora el nacimiento de Jean Georges Noverre, al que se le considera el padre de la danza moderna. Hizo de la danza un arte de expresión capaz de reflejar ideas y emociones humanas. 

Como lo fuera Bausch en el siglo XX, Noverre hizo lo propio en el siglo XVIII: fue un “reformador radical”. Dio un paso más en la danza como elemento decorativo en la ópera y buscó en ella acciones dramáticas. La danza era capaz de entretener, pero también de conmover, y por ello introdujo acciones dramáticas en sus coreografías. Como se haría en una obra de teatro, pero utilizando el movimiento para conmover al espectador.

Celebrar la danza

Noverre vivió una vida artística muy adelantada a su época. Y por ello el día de su nacimiento fue la fecha escogida por la UNESCO para celebrar esta forma de expresión y universalidad en 1982. Y desde entonces, cada año una figura internacional relacionada con el mundo de la danza escribe un manifiesto para celebrar este día. Coreógrafos de todo el mundo como William Forsythe, Sidei Larbi Cherkaoui, Israel Galván, Julio Bocca o Sasha Waltz han contribuido a celebrar el día de hoy con sus mensajes.

Este año, ha sido la coreógrafa coreana Sue Jin Kang la encargada de dar voz a la danza. En un contexto especialmente difícil y marcado por la actualidad, Kang ha querido animar a sus compañeros a «batir nuestras alas” para dar “esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia.”

La coreógrafa coreana alude a la danza como “medio primordial de expresión y comunicación” que, sobre la escena ha sido capaz de conmover e inspirar al público.“ Es un arte momentáneo que es difícil de restaurar en su forma original una vez completado porque se crea con todo el cuerpo y el alma. La danza está hecha de momentos efímeros, lo que predestina a los bailarines a estar en constante movimiento”.

Las imágenes pioneras

Para ir más allá de lo efímero, la danza ha encontrado en la imagen a su mejor aliada. Los hermanos Lumière, como contamos en otra ocasión, fueron los fundadores del cine documental. Y los pioneros en registrar una coreografía. 

En 1896 grabaron para la posteridad Serpentine dance, de Loie Fuller. De nuevo, una adelantada a su época que acompañaba de un voluminoso traje de seda con el que daba forma a esculturas que acompañaban sus movimientos. Y se acompañaba además de una iluminación dramática que facilitaba que, sobre la escena el público no viera a una mujer, sino a “una violeta gigante, una mariposa, una serpiente que se deslizaba y una ola blanca”. Conquistó el Folies-Bergère de París con “un éxito sin precedentes” para la época.

Loie Fuller
Loie Fuller. Serpentine Dace.

Los Lumière y Fuller inauguraron una hermandad entre cine y danza que después replicaron Georges Méliès y Thomas Edison. La relación continuó con la expansión del cine musical en los años treinta, y ese interés y ese diálogo interdisciplinar continúa hoy, alumbrando un nuevo género audiovisual, la videodanza, donde el movimiento corporal dialoga con el lenguaje audiovisual. 

Nuestras propuestas

Si te apasiona la danza, en NoFicción te proponemos dos películas que no te puedes perder. 

Acariciando el aire. Matilde Coral
Acariciando el aire, Matilde Coral | Dir. Paco Ortiz

Matilde Coral forma parte de la historia de la danza y del flamenco. Heredera del legado de Pastora Imperio, la bailaora ha enseñado al mundo el peculiar estilo del baile de Sevilla: elegante, preciosista y femenino.

Una escuela que ha sabido transmitir a grandes figuras como Isabel Bayón, María Pagés o Pepa Montes, y que sigue viva gracias a su empeño en conservarla como un patrimonio cultural. Trianera de nacimiento y figura universal del flamenco, Matilde Coral ha tenido una vida apasionante dedicada al baile, a su familia y a su gran amor Rafael El Negro.

No, un cuento flamenco | Dir. José Luis Tirado

Una ópera flamenca, urbana y contemporánea. “NO”, es bailaora. Trabaja en un tablao flamenco en el Mercado de Triana, Sevilla. A pesar de su entusiasmo y su buen hacer, sobrevivir le supone un gran esfuerzo. Son los tiempos que corren, también para los artistas, y más si eres mujer.

“NO”, se cree sola ante una realidad que la abruma. Sin embargo, la vida alrededor le va mostrando que no está sola, que sus deseos por alcanzar la felicidad son compartidos.

Una amena historia de superación personal en la que “cuando parece que todo se hunde, la vida asoma con su compás”.

NO, un cuento flamenco
María Molina